Salva tu parte mágica y ebria.

Sed

He ido marcando con cruces de fuego, el atlas blanco de tu cuerpo.
Mi boca era una araña que cruzaba escondiéndose.
En ti, detrás de ti.

Temerosa.
Sedienta.

Lucha

La vida
era mucho más vida
este pasado diciembre.

Dejar de sentir pasión por la vida es la peor forma de morir.

Recuerdo el olor a paz 
en los dedos,

la satisfacción de haber llegado

al lugar correcto.

Droga pura.

Pura adicción.

Quizás porque sigo escuchando gritos de guerra, cuando sólo existe el rastro de su ausencia enmascarando mis latidos en su equipaje.

Adn instruido

Si no me quieres hazme un hueco

En las grietas de tu aspereza.

Demora las palabras en la lengua,

Como siempre hiciste,

Y deja que el tiempo sea esquivo

y agudice esta ceguera.

Quizás porque sin quererlo

Voy enredada en tus pasos.

Quizás porque la sangre aprieta,

Más que los besos.

Quizás porque mis pies

los arrastro descalzos,

Sobre el estridente entarimado

De tu indiferencia.

No tengo una respuesta clara.

Sólo puedo decirte que detesto esto.

Este dolor sin herida,

Esta presencia ausente,

Este vernos sin oír los sentimientos.

No busco una sonrisa de aprobación,

sólo tu abrazo.

Sólo a un padre.

El Vértigo,
desciende, despacio, por mi garganta.

Denso,
comburente..

-Percibo su agresivo aleteo
en mi faringe.-

Sabe a voces pasadas,
y extingue mis palabras
antes de que puedan
llegar a pronunciarse.

Es un aviso de tardes opacas
que dejaron en mi pupila
su implicación
en desastres artificiales.
Psíquicos,
emocionales.

Hoy vivo lejos de su peligro,
pero echo de menos el vacío.

A ella.

Hablando de despedidas, me topé con tu ausencia.

Este es el comienzo de un final
transgénico.

Soy un depósito de hematomas internos.
Recipiente de una ingente
descarga de acérrimos pensamientos.

Todos mis sentidos,
absolutamente todos, se turban
cuando vencido el final
me encuentro con la franqueza
de tus ojos negros.

Aún tirito en las cosquillas de tu pecho.
Aún llamo hogar al estrato calcinado
que dejó tu piel en mi recuerdo.

Aún me siento parte del vacío,
del hastío,
de tu sublemación.

Poseo una identidad ausente,
proclive siempre a quererte,
aunque habite el olvido
en las fisuras de mi voz.

Quisiera poder decirte al oído ¨no tengas miedo¨.
Con tu mirada fundida en la noche al propio silencio le impones y busca escabullirse en el viento.

Me impone a mí.
Te impone hasta a ti.

¿Eres una?
¿O eres una parte en un todo de huecos?


Quizás lo que nos une es lo que no decimos.
El misterio evoca al romanticismo.
Y estoy aquí,


                     sigo queriendo mirar al abismo.

Benedetti

Soñamos juntos,
juntos despertamos.

El tiempo hace o deshace,
mientras tanto
no le importan tu sueño
ni mi sueño.

Somos torpes
o demasiado cautos
pensamos
que la batalla es nuestra
o de ninguno
juntos vivimos
sucumbimos juntos
pero esa destrucción
es una broma
un detalle una ráfaga
un vestigio
un abrirse y cerrarse
el paraíso
ya nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío
quiero que me relates
el duelo que te callas
por mi parte te ofrezco
mi última confianza
estás sola
estoy solo
pero a veces
puede la soledad
ser una llama.