jueves, 28 de julio de 2016

Locura ataviada con ligas,
desnuda, la verdad y la mentira
se pasean en silencios.

Te veo tras de mí,
bendito incendio...
Recordando mi nombre
cuando no me ves,
cuando no te veo,
pero ni siquiera eso hace falta.

Supe mirarte a voces,
derramarte con mis manos.
Supe quererte siempre
desde el rincón equivocado
pero con las mejores vistas. 

Hoy puedo tomarte a sorbos
en un sueño que no viste a tu medida
pero se sabe el olor de tu espalda
y la vida que nunca vivirías,
de memoria. 

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